miércoles, 1 de abril de 2009

Sobre la escuela

En las escuelas se difunde siempre la vieja materia rancia que destruye el intelecto y destruye el ánimo del que aprende, del que estudia, de forma consecuente, nos convierten en las escuelas en hombres desesperados que no salen ya de su desesperación, así Roithamer, entramos en la escuela para ser destruidos en esa escuela, aniquilados en la Historia, así Roithamer, las matemáticas nos aniquilan, la antinaturaleza de la escuela nos aniquila, así Roithamer. No nos reponemos ya más de la escuela, cuando dejamos la escuela, no importa qué escuela, estamos marcados por la escuela, lo que quiere decir que estamos destruidos, así Roithamer. Sólo entramos siempre en una escuela para ser aniquilados, las escuelas son gigantescos establecimientos de aniquilación, en los que quienes buscan ayuda son aniquilados, pero el Estado tiene sus buenas razones para subvencionar las escuelas, así Roithamer, cuando dejamos la escuela, nuestro proceso de muerte lenta ha avanzado aún más, y nada más. Como dementes, los que necesitan su ayuda para su intelecto entran en las escuelas y vuelven a salir aniquilados, pero contra eso no se rebela nadie, así Roithamer. Los jóvenes, los caracteres sanos entran en las escuelas buscando ayuda, y salen destruidos, mutilados, debilitados para toda la vida, así Roithamer.

Thomas Bernhard, Corrección

Thomas Bernhard. Profesión: francotirador. En una instantánea de 1971.

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